—Yo no soy un jodido sanitario —se queja tratando de arreglar el sistema óptico de la mercenaria—. No, joder, no lo soy.
Ninka se mantiene en silencio sentada sobre una silla carcomida, a un palmo escaso de su cara, con sus facciones inmutables; como esculpidas en piedra.
—Vamos a ver...
Shin estira y encoge compulsivamente los dedos antes de llevar un soldador voltaico a las cuencas, ahora vacías, de los ojos de la chica. Sudor en la sien. Párpado autónomo. Temblor en las manos controlado justo antes de entrar al cuerpo de la mujer. Y un chispazo lo hace recular casi un metro maldiciendo en esa mezcla entre cantonés y coreano que acostumbra a emplear, en las escasas ocasiones en que pierde los nervios.
La chica ni se ha movido.
—¿H-hola? —pregunta temiendo haberle freído el lóbulo frontal.
No hay respuesta, un débil hilo de humo ascendiendo desde una de esas cuencas vacías, y el olor a carne quemada. Durante un instante se le revuelve el estómago al recordar al brasileiro volándose de un tiro el brazo abrasado por los explosivos... el jodido Cenoura.
—Y ahora ese cabrón nos viene, además, con que voy a tener que volver a órbita. —Sonríe sin mostrar los dientes, y aprieta tanto los labios que apenas son una línea bajo la grasa y la mugre en su cara. Sacude la mano ante el rostro de la mercenaria y sigue sin haber respuesta—. Mier...
Con un rápido movimiento la joven agarra su mano con fuerza, evidentemente a ciegas, y ladea la cabeza como un perro escuchando un lejano silbido.
—Sigo aquí —musita Ninka con un tono de voz tenue y efímero, como gasa en torno a una vela, y Shin es consciente de que es la primera vez que escucha su voz—. Estás demasiado cerca; percibo la cúrcuma en tu aliento.
—P-pensaba que no hablabas... que eras muda.
—Obviamente te equivocabas.
El oriental sonríe.
—¿Mis ojos?
—Kaput.
—Lo barato sale caro.
Ahora que ha escuchado su voz, que ha descubierto que su silencio era una decisión y no algo físico, se siente más cercano a la muchacha —no una mierda de esas, de holonovela romántica, de almas gemelas y estupideces similares—; pero cree comprender que ella, al igual que él, trata de ser lo más recóndita posible en un mundo (el de ambos) demasiado violento y por momentos sin sentido.
—Shin —susurra la joven—. ¿Ese es tu nombre, verdad?
Asiente.
—No sacudas la cabeza; no puedo verte.
—¿C-cómo...
—Es lo que haces siempre, ¿no?
Y al asiático le gustaría creer que ella se ha fijado en esos pequeños detalles no por el habitual interés de un mercenario por controlar el medio en que se mueve, sino por algo quizás más profundo...
—Bien, Shin —añade Ninka amartillando su arma—, no quiero que te asustes pero de alguna manera los Tong han dado con nosotros... y hay al menos cuatro de ellos al otro lado de ese tabique.
El técnico apenas consigue balbucear un «what-the-fuck» mientras ella se levanta apuntando a la pared con una sonrisa hueca que, junto con las cuencas vacías de sus ojos, le confiere el aspecto de un espectro o, incluso, de La Parca en busca de carne fresca...


Buen relato siniestro, mantiene a la expectativa.
ResponderEliminarUn saludo
Me lleva a pedir más, fantástico relato sumergido en la oscuridad de cuencas indolentes, gran trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Borja!
ResponderEliminarUn relato innovador en el cual juntas ciencia ficción con suspenso.
Cuando observé el título pensé que te referirías al proyecto Bluebird de la Cía ;)
Muy interesante.
Felices Pascuas
Un gusto haber dado con tu blog, te sigo. Te invito a visitarme, saludos, Abril
ResponderEliminarLa foto de la ventana... Estupenda... Un abrazo desde Murcia....
ResponderEliminarBuenos días, Borja:
ResponderEliminarFelicidades por tu relato, que me deja con ganas de saber más, tanto de la historia como de los personajes
Un abrazo, Borja.
Tremendamente visual este fragmento de guión. Puede uno sentir la mugre, la grasa y el olor a carne chamuscada. Muy apocalíptico. Muy conseguido.
ResponderEliminarUn abrazo, Borja.
Muy entretenido el relato, con un final abierto.
ResponderEliminarAbrazos.
Logrado relato. Pavoroso.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos :)
¡Vaya que dramático y futurista, Borja!
ResponderEliminarExcelente.
Interesante el relato. Yo recién conoci este blog. Pero también me quedaron cosas por saber. Como Ninka llego a ese lugar, escapando de quienes. Quien era el doctor Shin que lo curaba, etc. Te mando un abrazo
ResponderEliminarPobres...¿Qué les pasará?
ResponderEliminarSaludos
waw... asombroso...
ResponderEliminarPaz y Luz
Isaac
Gran relato,me quedo con ganas de mas,feliz Pascua,saludos
ResponderEliminarDuro y bueno como las imágenes que lo acompañan.
ResponderEliminarUn feliz Pascua.
Un argumento muy plástico con personajes atormentados que huyen de no se sabe muy bien quién o qué.
ResponderEliminarComo dicen los compañeros que me preceden en los comentarios hace falta una continuación,esperaremos acontecimientos .....
Besos Borja
Puri
UN TEXTO CRUDO. ME TRAMA!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Que hagan una peli yaaaa
ResponderEliminarUn texto excelente, para hacerle una pelicula, saludos.
ResponderEliminarQué intriga...
ResponderEliminarUffff
Besos
Muy buen relato. Hasta me estaba imaginando la situación posterior. Da para una buena escena de acción.
ResponderEliminarSaludos.
me gusta como presentas los personajes, sin largas descripciones sino a través de sus actos y palabras...
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarQue siga...
Un beso
Interesante relato...
ResponderEliminarAgradezco tu paso por mi rincón ;).
Un abrazo
Ufff, que relato más siniestro aunque no carente de valores, y es que escribir bien es un don, y tu lo tienes. Un abrazo.
ResponderEliminarBom dia, Historia bem criada, quando se escreve com criatividade, origina a perfeição. foi o caso.
ResponderEliminarAG
Bonito relato; y felicidades por expresarlo de esas maneras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Apetece una segunda parte, diríase que esto es solamente el preludio de la acción que llega.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena historia futurista pero con el añadido de los tongs que me trae ecos fumanchuescos.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Sincero
ResponderEliminarcomplejo
Bello
relato
de alguien
que se conoce
muy bien a siímismo
Corto pero intenso.
ResponderEliminarUn abrazo!
Creo ter entendido, razoavelmente, tu escrito, que és intenso, profundo y expetante.
ResponderEliminarÉs muy autêntico e llamas los touros por el nombres.
Dia feliz!
Abrazo!
Un relato muy crudo e interesante.
ResponderEliminarUn gusto conocerte.