miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cyberpunk 2077

«Me construyo amigos. Son juguetes. Mis amigos son juguetes. Los hago yo. Es un pasatiempo. Soy diseñador genético»
J.F. Sebastian.
Recuerdo aquel año en que, hastiados de matar orcos y goblins hasta altas horas de la madrugada, nos decidimos a buscar alguna alternativa al AD&D o El señor de los anillos que se saliese de lo habitual. Y de repente, como caído del cielo, me encuentro con un artículo en la ya desaparecida revista Dragón en el que desgranaban un juego en el que la cosa no iba a ser «cantar con los elfos del bosque». La descripción hablaba de que el último pájaro había muerto en 2014 y que el mundo estaba dominado por oscuras corporaciones omnipotentes, al estilo de Monsanto o Apple pero algo más siniestras... aunque no demasiado.
Así pues, me hice con el manual de aquel juego de rol tan prometedor que fue posiblemente el último al que jugué. Con un sistema sencillo y una ambientación que realmente estimulaba nuestra imaginación y nos brindó, hay que ser fieles a la verdad, horas y horas de diversión atiborrando a nuestros personajes de drogas de diseño inventadas y pertrechándolos con armas super-potentes (casi tanto como aquellas sustancias), mientras profanábamos sus cuerpos ficticios con implantes cibernéticos rezando para no perder demasiada empatía y convertirnos en mentes inertes con hipertrofia muscular.

De aquí posiblemente mi placer por todos estos mundos paralelos, estas distopías aterradoras, donde independientemente de la palabra que ejerza de lexema cyber o steam o diesel—, el vocablo ha de contener un sufijo que tiene incluso más importancia: estamos hablando del concepto punk. Y si bien, especialmente en los mundos cibernéticos o basados en el vapor, esta idea puede contener una estética plagada de piercings, lentejuelas y peinados estrambóticos, en realidad la importancia del espíritu punk es la irreverencia para con un brutal y alienante orden establecido.

Quizás por eso funcionen tan bien este tipo de ambientaciones, pensemos en Blade Runner o Código 46, al crear mundos tan similares al nuestro y centrarse en mensajes profundos, contra el stablishment, y particularidades de la naturaleza humana y nuestra realidad social implementando tramas (generalmente) de un exquisito género noir. Algo manifiesto en toda la cultura cyber/steam/diesel-punk, trazando un arco desde la literatura al cine pero pasando también por la música o los videojuegos.

Y es en este último punto, el ocio electrónico, donde podríamos estar de suerte o caer en una brutal adicción que nos impida hacer otra cosa que no sea jugar al inminente Cyberpunk 2077. Un videojuego de rol online, quizás masivo en línea, donde cabalgar la Red o matar ejecutivos o conducir en moto a velocidades de vértigo mientras las balas silban alrededor. Un juego basado en aquel de Talsorian Games, el Cyberpunk 2020, que a su vez se había inspirado en la edición 2013 y que posteriormente incluso daría lugar a la 3.0.

En definitiva, habrá que estar atentos y... ahí queda el tráiler.

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

JF Sebastian.... era como decirlo, repulsivamente adorable.

Saturno devorado por sus hijos.

Será un buen juego de rol ese...

Migue dijo...

Impactante...muy del tiempo actual.

Saludos