domingo, 27 de marzo de 2016

Bluebird [X]



Tira de la chaqueta empapada de sudor y adrenalina de Shin, mientras este, el técnico coreano, se esmera por no retrasarla ni perder ninguna de sus herramientas de precisión. Y los cuatro tipos armados deambulan todavía como perdidos al otro lado de la pared. Ninka puede verlos sin ver a través de esa fina lasaña de papel, pladur, madera, termitas, pladur, papel... agradecida por haber seguido el consejo de Rörschar —¿qué habrá sido de ese austríaco onanista?— y haberse implantado aquel sónar barato, aunque apenas tenga cuatro metros de alcance. Una distancia mínima, residual, pero enorme si es la que te separa de la muerte.

Un ruido metálico justo delante de ella; quizás una herramienta de Shin.

Aun sin ojos y con el muro de por medio consigue ver al líder de la patrulla de los Tong avanzar hacia la pared. Hacia ellos. El muy cabrón tiene algún tipo de implante auditivo. Shin quiere decir algo. Ninka intuye una disculpa que se apresura a enmudecer con su mano y apunta hacia la pared en silencio. Ahora puede oler su propia adrenalina, exhalada de golpe por sus glándulas sudorípicas, y cuando las cuatro presencias digitales que percibe en su hipocampo se sitúan a un palmo de la pared quisiera poder contar con sus ojos. Apuntar basándote en el sónar tiene un leve retardo si el objetivo está en movimiento —dependes en gran medida de la intuición—, y si además te has comprado el implante de tercera o cuarta mano en los suburbios de Joburg... 

Vamos, que está jodida. 

Agarra su segunda Sternmeyer mientras el test del chip de ambidiestreza calibra el sistema —su propia red neuronal, de hecho—, y comprendiendo que está en el círculo de confusión creado al estar al límite de alcance del sónar debe decidir: o mantenerse en ese difuso lugar donde sus capacidades estarán aun más mermadas, o acercarse al peligro pero ganando así una mínima posibilidad. Y oliendo la confusión y miedo de Shin, se acerca con el sigilo de un felino a la pared. Con el tipo del oído potenciado justo ante ella. Y solo ahora cae en la cuenta de su error; puede minimizar el contacto y arrastre de sus pies al avanzar, o la intensidad de su respiración... pero su corazón bombeando debe de resonar para ese cabrón como el motor de arranque de un Firebird del ´78.

Se echa a un lado apretando ambos gatillos décimas antes de que ellos lo hagan.

14 comentarios:

Cayetano dijo...

No hay nada como llegar a tiempo y ser el primero en actuar. La vida propia depende muchas veces de ser más el rápido una décima de segundo.
Un saludo, Borja. Dichosos los ojos.

Cayetano dijo...

Quise decir "el más rápido". Mis disculpas.

dijo...

Qué bueno leerte otra vez por aquí, Borja.
Aunque cada capítulo tiene una música distinta, a mí se quedó en la mente la del capítulo 8, que me encanta, y la siento como si fuera la banda sonora de esta saga.
Abrazos y bienvenido.

TORO SALVAJE dijo...

Tengo que aprender a cerrar la boca cuando te leo...
Me encanta.

Saludos.

Beauséant dijo...

a veces sobrevivir es más una cuestión de instintos que de fuerza o inteligencia. el saber hacer caso a esa lucecita que te grita que hagas algo que parece no tener sentido...

un placer leerte de vuelta.

DULCINEA DEL ATLANTICO dijo...

Interesante historia y de contenido difícil de comentar. Lo que si puedo decir es que me gustó aunque como te dije me resulto complicada de entender.Puede que no tenga el día debido a la lluvia que por aquí no para de caer, y mis neuronas estén mohosas de ahí que no consiga descifrar el contenido de forma clara.
Besos Borja y me alegra saber que vuelves a escribir por aquí. Nos leemos .
Puri

elchicodelmetro dijo...

No había llegado a leerte escribiendo historias, y la verdad que es un auténtico placer, como siempre. Un abrazo Borja.

AdolfO ReltiH dijo...

FULL, MUY BACANO TU RELATO!!!
ABRAZOS

Mi nombre es Mucha dijo...

Eres intensamente bueno Me gusta venir y leerte Un abrazo muchacho!

jesus alvarez dijo...

Excelente entrada, me ha gustado mucho visitarte,saludos.

alp dijo...

Buena entrada.... Me gusta la imagen de la mano y cuerpo borroso... Un saludo desde Murcia.....

Boris Estebitan dijo...

Misterioso, buen relato, dificil de entender, hace pensar.

JUAN FUENTES dijo...

Amigo Borja,muy agradecido por tu entrada a mi blog de fantasias,espero verte otra vez en el.
Saludos desde Andalucia

Mi nombre es Mucha dijo...

Hola me gusta como escribes recién te leo gracias por tu comentario en recomenzar...por aqui me quedo