domingo, 28 de julio de 2013

Ahora lo sabes



Hará unos diez años estuve viviendo una temporada bajo el techo de una cubana, Pilar, que trataba de sacar adelante a un niño de nueve ella sola. Eran tiempos difíciles para mí, indudablemente también para Pilar, y al igual que yo opté por refugiarme bajo su ala ella hizo lo propio buscando el integrarse en un grupo. Porque formando parte de algo más grande se forjan vínculos, y así percibimos una ilusoria sensación de seguridad.
      En su caso, buscó apoyo en Los Testigos de Jehová.
      Recuerdo que uno de sus amigos apareció una mañana por casa, era evidente que trataban de convencerme de algo, de concienciarme dirían ellos, y comenzó su ataque con fundamentos muy básicos. Cuando comprendió que me había leído partes de la Biblia, no solo el Apocalipsis, cargó con la artillería pesada y acabó sentenciando que todos arderíamos en el Infierno sino abrazábamos la Fe. Lo que me hizo compartir con él una duda existencial: «¿y qué pasará con aquellos que no tengan la opción de conocer la verdad y, por lo tanto, de saber que el final está próximo?»
        Tras una pausa sentenció que yo ahora lo sabía y debía posicionarme.
    Pues bien, he recordado esto cuando docenas de informes de distintos organismos se hacen públicos para revelar los daños medioambientales, también de salud, que acarreará la nueva ordenación de minas en nuestra comunidad. Y si para los tipos que comandaban el Prestige se están solicitando nueve años de condena, no quiero ni pensar cuánto pedirán para los responsables del descalabro que sufriremos con las minas. Cuando el cáncer comience a hacer estragos y perdamos también nuestro ecosistema. Porque el cabeza de turco, sea quien sea, no podrá decir que desconocía los efectos y como mentaba aquel Captador de Jehová…
           Ahora ya lo sabes, amigo.

2 comentarios:

Beauséant dijo...

a las personas nos gustan las cosas sencillas, un dios bueno que lo puede hacer todo pero no hace nada para ponernos a prueba y, en caso de grandes catástrofes, poder culpar a la última persona de la cadena de todos los males.. nada de hacer investigaciones largas y farragosas, buenos contra malos, así de sencillo....

Ángeles dijo...

Ahora lo sabes y el que avisa no es traidor. ¿Qué más queremos?